lunes, 9 de febrero de 2015

Feliz No Navidad


El ser humano puede ser impredecible, sorprendente y por muchas veces decepcionante.
Metro de Madrid, hora punta. Abren las puertas y muchos como siempre corren y en ocasiones empujan en busca del asiento vacío.
En circunstancias normales, cuando lo consiguen, y cuando no los que están sentados,  bajan la mirada ante situaciones de necesidad y además reglamentada como una embarazada, un anciano o alguien con necesidad real de sentarse.
No digo que muchos no estén cansados de un duro día de trabajo. Lo que si digo es que si no son ciegos entonces deben de ser analfabetos, y del peor analfabetismo  pudiera padecerse: son analfabetos emocionales. carecen de muchas emociones esenciales para  vivir: empatia y sentido común.
Yo entiendo que cuando una mujer tiene una redondez evidente en la tripa, no le ha picado un mosquito gigante. Y que además está gestando un ser humano por lo que es posible que se encuentre cansada. En cambio otros deben pensar en la teoría del mosquito gigante.
Hoy también han corrido todos a la caza y captura,  cual moscas a la miel y de pronto. ...vacío. ...no me lo puedo creer!!! que veo? uno, dos....tres sitios libres!  Estamos locos o qué?
A medida que me acerco veo más sitio libre alrededor del asiento y digo "si no te sientas me siento yo" y cuando avanzo pienso "igual ha vomitado el mosquito gigante y por eso nadie se sienta". Cuando llego, la realidad me pone la respuesta ante los ojos; ese sitio vacío que muchos echaremos taaaanto tantiiiiisimo de menos en navidad estaba ocupado por una indigente dormida. A saber que historia llevaría detrás. Pero nadie pensó en aquel momento en eso. Ni siquiera yo.

Nadie quería tocarla o despertarla (si hubiera sido un roker de vuelta de un concierto de seguro lo habrían tocado, despertado y además habrían arremetido contra él "porque como tiene la osadía de ocupar dos sitios! Y encima viene de cachondeo!  Con lo hartito que estoy yo de soportar gilipolleces como para que este geta se quede tan pancho!).
Por descontado nadie quería sentarse a su lado.
No digo que haya que ir poniendo la otra mejilla y acercarse al peligro, pero me surge la duda de si todas estas personas tenían más asco y rechazo que miedo o respeto a importunar su sueño.
Sobretodo me surge la duda de como dice el villancico de mi hijo como vamos a desear "feliz navidad" en dos días,  y solo por 15, cuando no conseguimos hacerlo los 350 restantes.
Este es uno de los muchos ejemplos de feliz no navidad desbordante solo de palabrería barata y eventual.
Tomemos nota y champán.



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