Querido hijo:
Es difícil escribir a una persona que ha crecido dentro de ti.
No se como enfocar lo que quiero contarte en este diario para que puedas conocer quien soy yo.
En ocasiones resulta que a las personas que mas cerca tenemos, con quien convivimos, o miembros de nuestra familia, conocemos pocos detalles sobre su vida, quizás sepamos -o supongamos-como pueden reaccionar ante determinado evento, pero no siempre conocemos detalles íntimos sobre su forma de relacionarse con el mundo, cual era su forma de pensar ante determinadas situaciones... Y eso es lo que quiero que conozcas.
Cuando estamos juntos me comporto a veces como una niña, otras como una institutriz, otras como una maestra de emociones, otras como una educadora, otras como una amiga temblorosa.
Y todas esas soy yo.
Fui elegida para ser tu madre.
Y en eso estoy, aprendiendo a vivir.
Cuando uno nace, aprende a sobrevivir; se guía por actos casi reflejos e involuntarios que le mantienen a salvo. Después se nutre de sus necesidades básicas, y poco a poco, empieza una andadura cada vez más compleja.
Solo cuando somos conocedores de nuestro potencial es cuando verdaderamente somos quien vinimos a ser.
Las personas lo aprenden poco a poco, yo lo he ido aprendiendo a golpes en determinadas circunstancias de mi vida que poco a poco te iré contando.
Desde el momento en que supe que tu y yo estábamos unidos, las cosas empezaron a cambiar.
Cambio mi forma de alimentarme, mis horas de sueño, mis rutinas de comida, y sobretodo, mis decisiones.
La primera decisión que tomo mientras te escribo este diario, es hacerlo en horas que no este contigo; creo que mereces toda la atención de tus profesores, de tus amigos, de tus seres queridos, pero sobre todo de tus padres.
Por eso no quiero escribir mientras esté contigo.
En esos momentos quiero dedicarte todo mi tiempo de la mejor manera que sepa.
Muchas veces, buceo entre páginas de crianza natural, eventos infantiles, Educación emocional, con la intención de aplicarlo contigo, y después llegas y....me bloqueo.
Me quedo mirándote o accedo a tus chantajes sobre la tablet, y después me pregunto si lo habré hecho bien.
Esa es una duda común en todos los padres; de todo lo bueno que quieren para sus hijos, acaban dandole nada o todo lo contrario. Dándoselo todo, y eso, también puede ser en parte perjudicial. Que paradoja!
De lo que si estoy segura es que todo, absolutamente todo lo que te pase, de lo que te rodees, es el caldo de cultivo principal para que llegues a ser quien eres. Incluyéndome a mi. De eso estoy segura.
Fuimos unidos para crecer tanto física como emocionalmente.
Asi que , aquí estoy yo, una mujer con Alma de niña que fue elegida para ser tu madre.
Te pido perdón por todos los errores que cometa, pues se que muchas veces no te gusta, te frustran. Recuerda hijo, que todos estamos aAPRENDIENDO A VIVIR.
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